sábado, 6 de junio de 2009

Poseidón o la furia

Querida Bitácora:

Ni bien pisé, firme, tierra entereme que por medios que desconozco se han publicado datos míos en lo que pareciera ser un pasquín de tan obscuro origen como circulación, sin hacérseme entrega de las regalías correspondientes.

Comprendo que la plebe enfervorizada haga uso y abuso de mi eximio nombre, que siempre abre una puerta o dos….-ya en la tercera es más difícil que atiendan a quién lo esgrima- lo que no comprendo es que los responsables del pasquín antes mencionado no me hayan convocado con la antelación necesaria para una entrevista, atrevida sesión de fotos en posturas sugerentes, firma de autógrafos y entrega de remeras con mi estampa a alguna organización para niños huérfanos discapacitados y enfermos en situación de calle, o algo por el estilo.

Es decir…no fui exhibido como alguien de mi calaña se merece. No me dejaron mostrarle una vez más al mundo que el Kpitán por sobre todas las cosas –y por sobre todas las gentes- es un filántropo desinteresado y desprendido que apoya las causas más nobles. Yo, nobilísimo ser humano, causa de las causas, motor inmóvil y primero, ¿no puedo acaso hacer despliegue de mi humildad y paternalismo? ¿no tengo acaso el derecho de mostrar mi contribución a la sociedad? ¡Justamente ahora que vengo de haber dado trabajo a más de mil niños de países subdesarrollados en las acogedoras fábricas en las que se fragua mi línea Nautique! Díganme si eso no es un aporte ¡Diganmelón! Explíquenme cómo podrían esos miles de niños pagarse los estudios universitarios sin el ahorro que trabajar 12 hs por día entre los 7 y 18 años –esa es la edad en la que, cual arcilla, son más maleables en las manos de este buen cristiano- les permite. ¡Cómo llegarían a ser los líderes del mañana!

En fin, querida bitácora que siempre me escuchas, como todo hombre de avanzada soy incomprensible para mi generación. Sólo tú me conoces, sólo tú sabes de mí que, confidente, acaricio tus renglones con el filo de mi pluma, mientras las lágrimas -que el verme injustamente privado del reconocimiento que mi bajo perfil y proverbial modestia exigen a gritos- brotan de mis ojos verde esperanza y van a mezclarse con la obscura tinta, surcando de luctuosos ríos estas líneas. Sólo tú sabrás lo que este corazón, tan tormentoso como los mares que he surcado, guarda.

Dejaré pasar esta afrenta a quién sea responsable de la divulgación de mis datos, a quién ladinamente haya querido hacer uso de mi nombre para trascender su condición de ignoto mortal. Perdónolos, no saben lo que hacen. Yo seguiré trabajando desde la sombra, pues no he nacido para fustigar mi terso cuerpo bajo los inclementes rayos del sol de medio día.

¡Usad, anónimos truhanes, mi nombre y aquella foto de mi tierna infancia que mi madre guardara con tanto cariño en su canastilla de bordado! Aquella en la que, tierno crío aún, me abandonaba a los placeres de la merienda que cada jornada se me proporcionaba en las viñas del tórrido amante de mi nodriza.

Sé, Bitácora en la que desahogo mis penas, que un día la vida se cruzará en el camino de estos seres sin escrúpulos y ese día ¡oh, B! ese día,

Será justicia.

3 comentarios:

  1. Ro, muy lindo lo que escribiste, sinceramente me gusta tu forma de escribir.. es como un plato lleno de lexico para que la gente aprenda..un beso

    segui asi

    guada.*

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  2. interesante personaje el Kpitan... sobre todo por su proverbial modestia...

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  3. Muy Bueno Ro, ingenioso como todo lo que sale de tu boca! Y tené fé que la vida se encarga de esas personas desagradables q se cruzan en nuestro camino no solo pa estorbar si no tambien pa demostrarnos que nosotras vamos por el camino correcto. Segui escribiendo y yo seguiré siendo tu fiel seguidora.
    Te quiero!! Bss
    Flor.

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