viernes, 1 de octubre de 2010

Ríos de tinta


Estoy intentando escribir algo, tengo un par de ideas dando vueltas por la cabeza, pero son mías, así que es una lucha sin cuartel (o cuon cuartel en mi cabeza) entre Sanchez y yo. Veremos que sale antes. Lo loco es que mis ideas, las tengo que escribir antes en papel...no hay como escribir, tachar, anotar al margen, hacer llamadas, llaves, flechas y cambiar una y mil veces las cosas que no me convencen. Si, ya sé, también se puede hacer algo parecido en la computadora, pero es parecido, no es lo mismo. Con mis 25 primaveras y mis ojos soñadores, soy de la vieja escuela, del puño y letra, del papel y tinta (tengo una lapicera fuente que era de mi tía, así que nisiquiera tengo que recurrir a la producción en masa de las biromes. Puedo escribir hasta mancharme los dedos con tinta y ver, después de largos cavilares, el producto y la creación en simultáneo. Es como un universo paralelo en el que todo se superpone y a la vez que se ve el resultado, se aprecia el proceso. La pc no tiene eso. Le falta el gustito.


Sánchez es más seguro, el plasma como cachetada todo de una buena vez(tia)...después ve lo que pasa, pero no está para ensuciarse los dedos ni perder tiempo valioso en el que podría estar perorando en las hojas de un cuaderno y la soledad del creador (porque uno está irredimiblemente solo cuando crea -y muchas veces, cuando no lo crea también-).

Esta entrada, más que entrada es un asomo, una especie de pico en el electrocardiograma del blog, como para que si alguien pasa a ver si estoy viva y me pincha con el palito, vea que , por lo menos, muevo la patita espasmódicamente, pero la muevo.

Uno de mis lectores me preguntaba dónde andaba, si es que no me había perdido por los dominos de Plutón. Y a lo mejor si, puede ser que sea una especie de Proserpina, que se asoma al mundo con la primavera. Es que el otoño y el invierno son estaciones que, si bien tienen su belleza, me entristecen un poquito. A mi me gusta ver que las cosas renazcan...esa parte del ciclo de la vida. Qué se yo, una especie de excusa bucólica-mitológica para explicar mi ausencia desde el 5 de julio.

En cuanto se decida quién vence en la batalla de la próxima entrada, será publicado.


Volviendo a lo primero, acá les dejo transcripto lo que dice en la foto, una creación de Marcos, mi hermano el menor, para que entiendan a qué me refiero con lo de crear en papel, y para mostrar la veta artística, creativa y delirante de uno más de mis queridísimos familiares:

Puedo escrbir tanto mi amor

sobre un tomate y un morrón

prometí poesia y puede ser canción

Puedo escrbir tanto sobre ellos dos



Puedo decir, mientras suena el bandoneón

que hoy solo tengo un tomate y un morrón

que eso fue todo lo que quedó

cuando le dije que no al corazón



O sino puedo tambien contarte

que de más está el tomate

que no necesito un pimiento

para cantar con sentimiento



Estoy harto del arroz,

ya el super me cerró

Y colgado con mi guitarra

Cenar no me importa nada



Y se que en parte es de vago

que de cenar no me hago

Pero si se presenta la ocasión

Soy feliz con mi morrón



Y esa noche, ahora te cuento

que disfruté mucho del momento

que bohemio y romanticón

pinto un tomate y hubo morrón